Barbie: Entre la utopía rosa y la realidad cruda

by - marzo 14, 2024

 


Margor Robbie como "Barbie" en la película Barbie 
Tomada de Warner Bros. Pictures


“Barbie”, dirigida por Greta Gerwig, nos ha hecho hablar a todas y a todos y se ha convertido en un fenómeno cinematográfico desatando debates sobre el feminismo y el patriarcado. Aquí entro yo.

Simple y básica como soy, debo empezar contando que reí mucho y lloré un poquito, porque las historias de las mujeres están llenas de infamias y dolores, y es más fácil asumir mi propio pasado y el de todas mis ancestras desde la ridiculización del mundo masculino, sus normas, sus creencias y la forma en que han impuesto su relación con nosotras, que desde la realidad visceral.

“Barbie” le habla a muchas mujeres y a muchas feministas, quizás a las más típicas, digo yo, pero no a todas, desde luego. El feminismo, tan amplio, profundo y complejo, problematiza todas nuestras diversidades y formas de experimentar la vida. Una mujer y feminista como yo, mestiza, de origen pobre, pero que no se siente tan racializada ni colonizada por mí formación familiar y escolar, y una cis a medias porque nunca fui una niña ni una mujer con una identidad clásicamente femenina, tal vez se enuncie de forma incorrecta, pero ese sancocho refleja mi experiencia individual.

Las que más saben, dicen que la peli le habla al feminismo blanco, neoliberal y privilegiado. Yo tampoco encajo ahí, pero “Barbie” me habló, por lo tanto, estoy segura de que la película tiene mucho que ofrecer a las audiencias de todas las edades, tanto feministas como no feministas.

La relación que tuvo la niña que fui con Barbie fue extremadamente encantadora. Una chiquilla alocada, enamoradiza, ocurrente y soñadora, que fue víctima por todos y todas las integrantes de su familia de matoneos para opacar esa locura, vivió aventuras en su intimidad junto a Barbie e imaginó que tenía los trabajos más atractivos y bien pagos para alejarse de aquella gente. Con Barbie conocí la autonomía financiera (no la nombraba así, obviamente) y viajé por el mundo en medio de mi vida hostil y restringida. Mi Barbie tuvo muchos novios, muchos carros, mucha ropa que yo cosía con los retazos que encontraba por ahí y muchas fiestas. A Barbie la peiné y le hice mascarillas para que fuera la “mujer” más guapa del planeta.



“Ya puedes irte, no quiero que estés aquí. Es noche de chicas”


Las mujeres tenemos dificultades para expresar nuestra negativa debido a la forma en que se nos concibe y a la falta de énfasis en el consentimiento, mientras que los hombres se ven limitados en aceptar un 'no' por la normalización de la dominación masculina y la percepción de que siempre debemos ceder. Es fundamental comprender que el dilema que enfrentamos al expresar una negativa encuentra sus raíces en la construcción social patriarcal. Se nos pide o impone (en caso de no obedecer), expectativas sobre cómo debemos comportarnos, enfatizando la sumisión, la complacencia y la disposición hacia los demás (hacia los hombres).

Frente a la casa de Barbie, Ken le propone pasar la noche juntos, pero ella se niega. La directora construye una narrativa simbólica que trasciende el mero diálogo y demuestra el poder de agencia de la muñeca. Es un momento poderoso porque le dice a Ken con claridad, sin rodeos, ni culpas, que quiere estar con sus amigas.

Algunos y algunas, arraigados en concepciones tradicionales, encontrarán en el deseo de Barbie un acto de crueldad hacia Ken, ignorando el hecho de que, en este mundo invertido, ella tiene derecho a decidir con quién y cómo desea compartir su tiempo y espacio, mismo derecho que tienen los hombres en el mundo real.

También veo una lección sobre la importancia de que las niñas y las mujeres sean conscientes de su capacidad de decir "no", mientras que los hombres deben aprender a aceptar y respetar esas decisiones.

Barbie y Ken se dirigen al mundo real

Película "Barbie" Con Margot Robbie y Ryan Gosling
WARNER BROS. PICTURES / ACN



¡Es como si el mundo estuviera al revés aquí!

En Barbieland, las mujeres ostentan un poder innato, son amigas solidarias y seguras de sí mismas, desechando toda competencia, especialmente por los Ken, porque Barbieland es una utopía de color rosa. La llegada al mundo real de la pareja significó para cada uno cosas distintas: Barbie, expuesta a las miradas invasivas, experimenta una progresiva inseguridad ante la sociedad del mundo real. Las burlas y el incidente en el que es agredida físicamente marcan su vulnerabilidad en este lugar hostil. En contraste, Ken se siente complacido, seguro y poderoso al observar comportamientos típicamente masculinos en el espacio público, adentrándose en una visión idealizada de la masculinidad.


La representación visual y simbólica es inconfundible: Mattel, la empresa que produce a Barbie, está dirigida únicamente por hombres, mostrando así la realidad de las esferas empresariales en sus directivas. El gerente de la compañía intenta justificar la ausencia de mujeres mediante un argumento simplista: “Soy hijo de una madre mujer. Y sobrino de una tía mujer. Amamos a las mujeres aquí”.


Mientras la muñeca huye tratando de entender qué le está pasando, Ken aprende las lecciones básicas de la vida. Barbie ve la diversidad y las emociones de la gente, Ken entiende el sistema y le agrada la forma en que él encaja allí.
La película satiriza con astucia los valores más tradicionales y tóxicos de la masculinidad, como la obsesión por los objetos materiales, el poder, los autos lujosos y los símbolos de dominación con humor. Esta sátira es una respuesta crítica al patriarcado, que a menudo perpetúa la discriminación mediante la ridiculización de las mujeres y sus desventajas, mientras protege y normaliza los comportamientos nocivos de los hombres.


Una vez que Ken retorna a Barbieland sin Barbie, el patriarcado es instalado por él, arrebatando a las Barbies sus hogares, trabajos, reconocimientos, conocimientos y hasta la presidencia del país, impactando incluso en el mundo real con la aparición de una Barbie deprimida y ataviada en un traje de yoga.


Barbie y Ken llegan al mundo real
Tomada de Warner Bros. Picture


América Ferrera y la obviedad necesaria

Barbie parte al mundo real a encontrar a la niña que juega con ella para calmar sus pensamientos, y lo que halló fue a una adulta triste, a una mamá aburrida, con un trabajo aburrido y una hija adolescente que no la soporta. Descubrir a la adulta triste y su relación con la hija fue el momento más conmovedor que viví durante la película. Gerwig explora con esta relación madre-hija las complejidades de las relaciones entre mujeres y las tensiones generacionales.

El encuentro es decisivo en la película y pone al descubierto las frustraciones y desencantos que las mujeres enfrentan en sus vidas cotidianas. Gerwig aborda la complejidad de la maternidad y la difícil tarea de equilibrar las expectativas sociales que nos imponen a las mujeres. Este encuentro traerá otras realidades tristes como la que grita Sasha en el carro mientras huyen: “Todo el mundo odia a las mujeres, las mujeres nos odiamos y los hombres nos odian”. Barbie, estupefacta, intenta entender a este mundo echado a perder.

El monólogo de Gloria, la mamá, fue la voz de la conciencia con el poder suficiente de desprogramar el efecto del patriarcado en las vidas de las muñecas en la ciudad rosa de Barbieland, fue una declaración sobre los obstáculos y dilemas que enfrentamos las mujeres y una verdad que la mayoría desconoce y que cuando es oída, a menudo produce una liberación y un cambio en nuestras vidas.

La elección de incluir este monólogo en una película comercial, como “Barbie", es importante porque busca llegar a la mayor cantidad de mujeres posible en el mundo. Esta voz de conciencia debe extenderse más allá de los círculos feministas para mujeres de todas las edades y culturas. La película desafía el supuesto "lugar común" de la voz de Gloria sobre el que ya sepamos las verdades sociales de las mujeres, estimulándolas a decir "no quiero" y a cuestionar y resistir las normas restrictivas que asumen a diario.

Recuperar a Barbieland sí, pero no así

El patriarcado en Barbieland

Los Ken se toman Barbieland
Tomada de Warner Bros. Pictures


Antes de escribir sobre “Barbie”, leí y oí muchas críticas de mujeres feministas, antifeministas y otras menos ideologizadas. Encontré el reproche común de descalificar los métodos que idearon las muñecas junto a Gloria y Sasha para recuperar a Barbieland. Vuelvo entonces al monólogo y a la exigencia siempre de ser profundamente éticas, incluso para recuperar lo que te quitaron. “No quiero hacerle daño”, dice Barbie refiriéndose a Ken. Gloria responde entonces, “Te quitó tu casa, les lavó el cerebro a tus amigas y quiere controlar Barbieland”.

El reproche resalta el constante dilema ético que enfrentamos las mujeres en nuestro camino hacia la liberación. La exigencia de ser correctas y no hacer daño plantea una cuestión clave: ¿Cómo encontrar el equilibrio entre la resistencia y la preservación de los valores éticos en la lucha feminista? ¿Existe ese equilibrio o es sólo válido cuando se trata de las luchas de las mujeres?

Clave aclarar que ningún derecho o avance en la historia de las mujeres ha sido un regalo del poder patriarcal. Elegir una carrera o un marido, votar, trabajar, ponerse un pantalón, hablar duro, exponer una idea, cada paso hacia la emancipación fue resultado de una lucha constante contra las voces que insistían en mantener el status quo y limitar el avance de las mujeres en función de argumentos de "naturalidad" o "preparación".

La representación de los Ken como débiles e inseguros, ocultando su vulnerabilidad tras una apariencia de fuerza física y violencia, se convierte en una gran metáfora. Las Barbies, conscientes de estas debilidades, aprovechan para recuperar su poder y su ciudad. Después, la utopía había cambiado un poco, pero no lo suficiente como para incluir a los ken en la Suprema Corte, porque, finalmente, Barbieland no es una democracia.

Podríamos hablar también del impactante trabajo de marketing que hizo Mattel para tenernos hablando de "Barbie", de feminismo y de patriarcado, pero volveré a la muñeca humanizada. Y así, de forma típicamente gringa, Barbie estereotípica inicia su tránsito al mundo real para volverse una mujer de la mano de Ruth, la diosa y creadora de Barbie, porque en Barbieland, dios es mujer.

Ficha técnica

Dirección: Greta Gerwig
Producción: Margot Robbie / Tom Ackerley / Robbie Brenner / David Heyman / Ynon Kreiz / Josey McNamara
Guion: Greta Gerwig / Noah Baumbach
Basada en Barbie de Mattel
Música  Mark Ronson / Andrew Wyatt
Fotografía: Rodrigo Prieto
Vestuario: Jacqueline Durran
Protagonistas: Margot Robbie / Ryan Gosling / América Ferrera / Kate McKinnon / Hari Nef / Michael Cera / Ariana Greenblatt / Simu Liu / Issa Rae / Rhea Perlman / Will Ferrell / Dua Lipa
País: Estados Unidos
Año: 2023




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